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VIDEO | Crónicas de Ciudad Guayana: Un burdel en plena Alta Vista

En la época de los años 60′, Ciudad Guayana estaba a las puertas del progreso, con un crecimiento industrial en pleno desarrollo, empresas como Sidor y Orinoco Minning Company permitieron que cientos de hombres emprendedores llegarán a la región, y dentro de todo este progreso hubo un lugar ¡que hizo historia!, ¿qué pensarías si te dijeran qué, en plena Alta Vista, funcionaba uno de los burdeles más populares de Ciudad Guayana?

En aquella época, no habían muchas distracciones para los trabajadores. Sin embargo, cuando Alta Vista apenas era una planificación urbanística, existía un lugar que iluminaba todo: El Bar «Dora». Este bar era uno de los lugares más elegantes de la época y muy famoso, no solo por tener «lo mejor de lo mejor», sino por ser el mejor burdel de la ciudad.

El Bar «Dora» en principio se encontraba en Castillito, pero el Gobernador de la época lo mando a trasladar a la zona de Alta Vista (que en aquel momento era «un peladero de chivo»), cuando Castillito comenzó a poblarse. El Bar «Dora» fue instalado a tan solo 50 metros del semáforo que esta vía al Hospital Uyapar, específicamente en la isla del Paseo Caroní, allí? estaba el Bar «Dora».

En el Bar «Dora» iban los trabajadores a divertirse, al terminar su jornada, aún cuando les quedaba lejos, valía la pena. Al entrar al Bar «Dora» se podía sentir el olor a cigarro, resonaba el merengue por todas sus paredes de color blanco, la música al ritmo de la orquesta Billo’s Caracas Boys, los aventureros eran recibidos por su dueña y anfitriona: Dora, quien daba la bienvenida al lugar, siempre con su amabilidad característica «Hola muchachos. Bienvenidos… otra vez”, ella se encargaba que todo estuviera perfecto y que los hombres, estuvieron felices.

Hermosas mujeres, con sus cabellos alborotados, con cinturas pequeñas y ropa ceñida eran quienes hacían que los clientes se sintieran únicos.

En el Bar «Dora» servían el mejor champán y whisky. Muchas anécdotas existen sobre el lugar, quienes recuerdan su paso por el bar, aseguran que la cerveza «helada y servida» valía ¡Bs. 0,75! y el vaso de whisky «a las rocas» unos ¡Bs. 2,50!

Una buena anécdota la comentó un técnico italiano, de Matanzas, sobre un joven de familia adinerada:

“Una tarde un grupo de oficiales, de un barco argentino que estaba en el muelle, me solicitó que los llevara a algún bar en la zona para pasar el rato y tomarse unas copas. El único sitio elegante en la época era el Bar “Dora” que funcionaba en Alta Vista, estábamos en el Bar «Dora» pasando el rato, cuando a eso de las once de la noche se presentó el joven Emilio Unceín (el hijo del gran hacendado Don Alejandro Unceín) y ordenó cerrar las puertas del Bar y exclamó: “Aquí no entra más nadie y todo lo que se consume esta noche corre por mi cuenta”.

Los oficiales argentinos me miraron con asombro, pero el barman nos explicó: “Ese es hijo de un hacendado millonario de la zona pero es un gran chico y todo lo que beban corren por cuenta de Emilio”. Horas más tarde tuve que explicarle al joven Emilio que los oficiales tenían que regresar al barco para que nos autorizara la salida del Bar «Dora»«.

El fotógrafo Evelio Lucero, que llegó a Ciudad Guayana en el 64′ por la tragedia de la Llovizna, recuerda su paso por el Bar «Dora» y cuenta:

«Ahh la vieja Dora… esa mujer era un personaje. Ella fue la encargada de varios sitios de mujeres para que los hombres nos divirtiéramos en esa época», o que

“Nos quedaba lejísimos. Teníamos que caminar más. ¡Imagínate! Antes, Alta Vista era un peladero. Eso era como la zona de tolerancia: todo lo mandaban para allá, porque la ciudad se estaba formando alrededor del Centro Cívico”, o

“Había todo lo bueno: cigarros, alcohol y mujeres bonitas, pero de verdad era muy conocido. Cuando yo hacía fiestas en mi casa y se me acababa el licor a media noche, me iba para donde Dora, que ella me lo daba. Después yo iba y se lo pagaba».

Con la venida de los años y por el levantamiento de la ciudad, los proyectos residencial en Alta Vista, fue trasladado, pero ya no fue lo mismo. Este emblemático lugar, al final, cerró sus puertas y ¿la gran Dora? Se fue a vivir a Italia. Pero, aún en Alta Vista pueden verse restos del Bar «Dora», en la isla del Paseo Caroní existen las placas de cemento en donde se encontraba el Bar «Dora».

El Bar «Dora» fue uno de los burdeles más icónicos de la ciudad, que forma parte de las crónicas de Ciudad Guayana.

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Publicado por MVargas

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