La inocencia de los niños siempre sorprende, un pequeño gesto se vuelve ¡enorme! Pero, a veces en su inocencia, pueden rechazar lo que no comprenden y herir a otros, sobre todo a otros niños… No solo los adultos deben lidiar con ¿cómo puedo explicarles para qué entiendan? los niños también.

Ésto fue lo que le pasó a un pequeño que tras un accidente tuvo el rechazo de sus compañeritos, ante una situación que no entendía. Su madre Jen compartió la historia de como su pequeño cambió todo:
«Cuando mi hijo tenía 7 años, se cayó de la mezzanina de mi casa a 4 metros de altura. Fue a dar en el jardín y se fracturó el fémur. Por ser pequeño no se podían poner clavos y se puso una barra de molibdeno que tuvo que estar allí por 1 año para sanarlo y evitar que se rompiera el núcleo de crecimiento del hueso.
Eso tuvo como consecuencia que estuvo primero en silla de ruedas y después, con muletas y caminaba arrastrando una pierna. Todo eso durante 1 año. Él estaba en 1er grado, es decir, no podía correr, ni hacer deportes, excepto natación y pues pasó a ser el niñito diferente de su salón.
Siempre se lo planteé sin drama y él le ponía voluntad, nadaba y a su modo, corría y jugaba con sus compañeros. Jamás estuvo triste ni deprimido, hablábamos frecuentemente del tema. Hasta que un día, llegó del colegio, mamá al fin con alta intuición, lo vi ‘raro’ y le pregunté que le pasaba.
Me dice: ‘en mi salón van a hacer un nacimiento viviente y los niños dijeron que a mí no me podían meter porque ningún persona es cojo’. No saben lo que sentí, pasé por mil emociones mientras lo abrazaba dándole ánimo.
Luego a solas me arreché, lloré y después con calma, le dije: ‘la única forma que ellos entiendan por qué caminas así por ahora, es explicándoselo’. Y le di las opciones: ‘tú quieres que vaya con tus radiografías y le muestre a los niños o lo quieres hacer tú’. Lo pensó un poco y me dijo lo quiero hacer yo.
Busqué 2 radiografías de antes y después y se las tenía para dárselas al día siguiente al llevarlo al colegio. En la mañana, fuimos al colegio, hablé con la maestra, le expliqué y ella le dio un tiempo al inicio de clases.
Yo me quedé a verlo como explicaba el por qué de su diferencia y como con su inocencia de niño hacía énfasis en la amistad, en que todos son iguales, en que por ahora no podía correr rápido y así. Todos los niños fascinados con que tenía una barra en la pierna, hacían preguntas y todo fue tan hermoso que mi hijo se fortaleció y los niños aprendieron.
Siempre he pensado que quien se burla de otro o de situaciones lo que tiene es una profunda ignorancia. No es gracioso exponer a nadie porque es cruel y nada que haga sufrir a otro debería generar risas.
Hay a quienes se les da más fácil el odiar que el querer, el criticar que alabar. No lo naturalicemos. Los seres humanos somos sensibles y delicados, cuidémonos y querámonos. Yo siempre iré por el respeto y el buen trato. Hagámoslo. Amar Siempre.
Pd. A todas estas nosotros no somos católicos y mis hijos ni bautizados son. Y todo este aprendizaje surgió de un nacimiento viviente donde terminó siendo San José»
GIPHY App Key not set. Please check settings